El importante patrimonio histórico-arquitectónico de la ciudad de Salamanca suele llevarse gran parte de toda la fama de Castilla y León. Sin embargo, no muy lejos podemos encontrar otras joyas menos conocidas como la versión low-cost de las cataratas del Niágara o una impresionante piscina natural con vistas panorámicas a la montaña. No obstante, lo que hoy te vamos a descubrir es un precioso paraje que se encuentra entre ríos y bosques a solo media hora (35 kilómetros) de la ciudad.
La villa de Ledesma, en la provincia de Salamanca, es un pueblo medieval que destaca por su recinto amurallado y otras construcciones declaradas Conjunto Histórico Artístico en 1975. Además, es oficialmente uno de Los Pueblos Más Bonitos de España desde 2018.
En la ribera del río Tormes y cerca del Parque Natural de los Arribes del Duero se abre paso este mágico pueblo marcado por la presencia constante del río y unas majestuosas murallas que dan cobijo a un castillo y un caserío en el que aún se conservan palacios, puentes e iglesias como portales en el tiempo. De hecho, de sus templos destaca la Iglesia gótica de Santa María la Mayor.
La mayor parte de la muralla que, a día de hoy, todavía se conserva se levantó en tiempos de Fernando II de León, en siglo XII. Aunque de las ocho puertas que tuvo, la única que sigue en pie en la actualidad es la denominada de los Mártires, San Nicolás o Caldereros.
Por su lado, el patio de armas de su castillo-fortaleza fue levantado en el extremo sudoeste del recinto amurallado entre los siglos XIII y XIV. No obstante, los restos de su pasado no se remontan a mucho antes de la Edad Media. De este modo, en un paseo por el lugar nos topamos con monumentos de épocas prehistóricas como el verraco o el menhir o los restos de su muralla romana.
Además, conserva también un puente que los expertos consideran de origen romano y que está declarado Bien de Interés Cultural. Se trata del puente Mocho, situado sobre la rivera de Cañedo, y que consta de cinco arcos de bóveda de cañón, desiguales en cuanto a dimensiones. Este puente ha sufrido varias modificaciones y reconstrucciones a lo largo de la historia, aunque su escaso uso y el hecho de que el camino no esté acondicionado para el paso de vehículos a motor ha facilitado la conservación de algunos de sus elementos originales.
A la hora de conocer Ledesma, podemos seguir dos rutas distintas y complementarias. Por un lado tenemos el camino urbano, que pasa por los lugares más representativos del casco antiguo, mientras que otros nos adentra en la naturaleza.
Se trata, precisamente, de la Ruta del Puente Mocho, que atraviesa un bosque de encinas centenarias donde es posible contemplar fauna autóctona como el buitre leonado o el milano negro. Del mismo modo, los amantes de la naturaleza no solo pueden aprovechar que están en la Ribera del Tormes para disfrutar de sus paisajes sino realizar actividades como piragüismo.
Aunque, si nos centramos en su gastronomía, no te puedes marchas sin probar sus famosas rosquillas, que se elaboran en obradores que se pueden visitar. Aunque Ledesma también es muy conocida por su fiesta del Corpus y encierros.
Fotos | Turismo de Ledesma
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