‘Los chicos no lloran’ (1999), ‘Transamerica’ (2005), ‘Tomboy’ (2011)… A lo largo de los años la gran pantalla se ha convertido en esa ventana que nos ha permitido acercarnos al universo transgénero. En ‘La chica danesa’, su director Tom Hooper nos muestra un perfil algo diferente al trasladarnos a la sociedad de principios de S.XX. Durante dos horas, el film nos relata la historia real de Einar y Gedar (Eddie Redmayne y Alicia Vikanderd) dos pintores daneses cuyo matrimonio se ve afectado desde el momento en que se despierta una necesidad del marido por expresar su auténtico género: el de mujer. Además del dolor y el deterioro de la pareja, Einar y Gedar se enfrentan también a un desconocimiento total sobre sus sentimientos y emociones, un marco médico que tipifica este tipo de casos como un trastorno mental y al rechazo social.
Casi un siglo después, el panorama para un trans parece mucho más esperanzador. O eso creemos al leer noticias como la transformación de género a los 66 años de Caitlyn Jenner (famoso atleta y padre del clan Jenner-Kardashian); el apoyo incondicional de la cantante Cher a su hijo Chaz (anteriormente conocido como Castity Sun); la creciente popularidad de Laverne Cox (actriz de ‘Orange is the new black’) o el éxito en las pasarela de modelos transgénero como Lea T o Andreja Pejic.
Entonces, ¿estamos a un paso de la normalización y aceptación de la población transexual? ¿Es fácil acceder a los tratamientos para llevar a cabo la transformación? ¿A qué edad se puede iniciar el proceso de cambio?
Con este mar de dudas bullendo en mi cabeza, decido ponerme en contacto con Lola Martín, socióloga experta del LGTBI de la Comunidad de Madrid: un programa de atención, información y asesoramiento a personas transexuales, gays, lesbianas y bisexuales. Lo primero que hace Lola es corregir mi error de nominación: “El término transexualidad ha cambiado. En la actualidad se utiliza ‘trans’ para la personas que no se identifican con el género con el que nace. Aquí se incluirían a los nacidos hombres que se sienten mujeres, a las nacidas mujeres que se sienten hombres y a aquell@s que no se identifican con ninguno de los dos géneros en concreto”. A la conclusión que llego es que el concepto transexual solo hace referencia al hombre o mujer que ha iniciado el cambio hacia el género que se identifica. Le agradezco la aclaración y a partir de ese momento, trato de hablar con corrección.
Cuando pregunto a qué edad una persona puede descubrir que es trans, Lola me responde con otra cuestión: “¿A qué edad supiste que eras mujer?” Hago memoria y sinceramente, no tengo ni idea. “Creo que desde siempre”, digo dubitativa. “Exactamente igual que una persona trans. Lo saben desde siempre”. Además, Martin incide en que hay que diferenciar entre identidad sexual y expresión de identidad. Para que más o menos me haga una idea, me explica que suele ser alrededor de los 3 años cuando una mujer u hombre empieza a expresar su identidad; y que esta, a veces coincide con sus caracteres físicos sexuales y en otras ocasiones, como en el caso de los trans, no es así.
Para ayudar a todos aquellos padres de menores trans está la Fundación Daniela cuyo objetivo es dar apoyo y asesoramiento a las familias, así como sensibilizar a la sociedad con el mundo transgénero. “El principal consejo que daría a un padre de un hijo o hija trans”, explica la sociológica, “es tan sencillo como hacerle sentir querido y aceptado sea lo que sea”. Por suerte, según me dice, “cada vez son más las familias que brindan apoyo a sus hijos y piden asesoramiento en el programa LGTBI”.
Como ejemplo tenemos la historia de Ryland, una niña que a los 5 años manifestó a sus padres su deseo de ser niño y cuyo vídeo testimonial se convirtió en viral. También está Ethan Wilbert que a sus 8 años sueña con ser maquillador profesional y sus progenitores no han dudado en regalarle una lección de maquillaje de la mano de un estilista profesional. Ethan no es un caso transgénero, pero sí una prueba evidente de cómo las familias de hoy en día son mucho más liberales que años atrás.
La edad a la que se puede iniciar el cambio estaría entre los 9 y 11 años a través de “bloqueados”, tratamientos reversibles que frenan el desarrollo durante la pubertad (por ej., la aparición de la menstruación en el caso de las chicas). Después, entre los 14 y 16 años (dependiendo del caso) se puede llevar a cabo la “hormonación cruzada” para lograr los caracteres fenotípicos del género con el que se identifica el paciente. Para finalizar la transformación, se realizaría la cirugía de los órganos sexuales una vez cumplida la mayoría de edad. “Aunque la vaginoplasia está muy conseguida”, comenta Lola Martín, “no sucede lo mismo con la faloplastia. De ahí que muchos hombres transexuales conserven sus genitales de nacimiento”.
Y para terminar, le formulo mi primera cuestión: ¿Ha cambiado mucho el panorama social desde ‘La chica danesa’ a la transformación de Caitlyn Jenner? Lola Martin no duda en contestarme que el panorama ha mejorado, pero que la realidad de las personas trans en muy diferente al de celebridades. “Por desgracia todavía la población trans es una de las que más afectadas por la discriminación y quienes más lo sufren son las mujeres”, comenta. “De todos modos, en España contamos con el programa LGTBI, unidades de identidad de género en hospitales como el Ramón y Cajal de Madrid y fundaciones como Chrysallis o Daniela que brindan su apoyo a este colectivo y su entorno”. Además, vuelve a hacerme hincapié en que cada vez son más las personas trans que gozan el apoyo de sus familiares.
Doy las gracias a Lola Martin por acercarme al universo transgender “real” y, tras despedirme, me digo que sí, que efectivamente todavía queda un largo trayecto para alcanzar la aceptación e integración del colectivo trans, pero que vamos por el buen camino porque el primer paso para el cambio social empieza en la piedra angular de la sociedad: la familia.
Para más información o solicitar asesoramiento puedes consultar: el programa LGTBI de la Comunidad de Madrid, la Fundación Daniela y la Asociación Chrysallis.
Fotos: Revista Vanity Fair
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