Cuando te quieres estrenar en algo el vértigo es tremendo. Sudores, tembleques y posibilidad de pegártela bien fina. ¿Al final qué haces para compensar? Llamar a la más grande, a quien sabes que no te va a fallar. Y esa no es otra que Gisele Bündchen, la top entre las top. Ella sabes muy bien lo que es estrenar una revista o una nueva etapa de la misma. Que se lo digan a Porter, Vogue o Harper's Bazaar.
Gisele Bündchen para una nueva (y conocida), Porter
La primera revista en papel de Net-A-Porter, Porter, ha ido a lo fácil. Un movimiento que no esperaba que hiciese al tener alcance a cualquier otra modelo o famosa (y por menos gasto que la brasileña). Lo cual no quita a que me encante la imagen. De Gisele Bündchen podría estar viendo mil fotos similares que las mil me gustarían.
Inez & Vinoodh son quienes se encargan de la portada y del editorial interior. Poco riesgo en una portada que podría ser de Vogue o de cualquiera de la competencia. Mal movimiento para diferenciarse.
El miedo a la francesa
Tras la salida de Carine Roitfeld y la entrada de Emmanuelle Alt el cambio se esperaba con muchas ganas. El relevo más mediático en Vogue en los últimos años se saldó con una continuación con miedo y una portada efectista. Gisele Bündchen vestida de Dolce & Gabbana con transparencias en blanco. Una portada que fue el ejemplo perfecto de lo que nos esperaba a partir de entonces en Vogue París.
La reina de su país
Cuando Harper's Bazaar aterrizó en Brasil me imagino que sus responsables tenían claro quién sería la modelo elegida. Noviembre de 2011 y la revista se estrena con la portada de la modelo brasileña más importante de la historia. El movimiento era lógico y esperado. Terry Richardson nos dejó una portada tan anodina como la mayoría de sus fotografías.
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