No cabe duda de que Dulceida levanta pasiones allí donde va. O donde twittea. Porque con Aida Domenech te pasa como con su estilo: o la amas o la odias. En lo que llevamos de 2018, la influencer ha protagonizado campañas, vídeos body-positive y polémicas a partes iguales. Porque ella tiene un ejército de fans, pero también de haters que la fulminan en redes sociales. Por eso, ella ha tomado la gran decisión: eliminar su cuenta de Twitter. O, más bien, suspenderla.
Basta con darse una vuelta por una foto de Instagram de Dulceida para ver que los trolls le salen de debajo de las piedras. Críticas, comentarios hirientes y despectivos e incluso insultos pululan en su sección de comentarios a mansalva. En Twitter le ocurría lo mismo, donde además ella daba opiniones propias y levantaba todavía más discusiones. La última en razón a su viaje de promoción de Dulceidashop, su firma de moda, en el que se marchó con todas las instagrammers del panorama nacional consiguiendo unas fotos divinas.
El problema es que este shooting vino después del vídeo body-positive que Aida Domenech hizo con algunas de sus compañeras de profesión. Twitter no lo ha visto claro: "¿abogas por la diversidad de cuerpos y después promocionas tu marca sin ninguna presencia plus-size?" se preguntan muchos de sus seguidores.
Al contactar con su agencia, nos afirman que Dulceida está cansada de tanto odio y faltas de respeto en general en esta red social:
"Respecto a su salida en Twitter, no hay una razón en particular, últimamente, ya no sólo por Aida, si no en general, ella entraba en Twitter y sólo veía odio y faltas de respecto. Ella es una persona que está muy fuera de esas cosas, no le aportaba nada, y por eso ha decidido quitárselo."
Aida Domenech no es el primer personaje público que decide borrar (o suspender) su cuenta de Twitter cansados de sus haters y de ser juzgados de forma diaria. Adele, Megan Fox e incluso Los Javis salieron por motivos muy similares. El propio Javi Ambrossi afirmó algo parecido:
"Me voy de esta red social. Estoy súper agradecido por el cariño y por todo lo bueno que me ha dado a mí y a mis proyectos pero no quiero seguir participando de esta falsa realidad donde constantemente se falta al respeto a los demás, se acosa, se multiplican mentiras, se exageran cosas, se general falsos ríos de opinión y que, la verdad, muchas veces me hace sentir mal. A mí y a gente a la que quiero. Creo que estamos llegando a unos límites de radicalismo que no comparto y que rozan el peligro."
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