Carme Chaparro: "todos llevamos un monstruo dentro, sólo tiene que haber un detonante para hacerlo despertar"

Carme Chaparro: "todos llevamos un monstruo dentro, sólo tiene que haber un detonante para hacerlo despertar"

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Carme Chaparro: "todos llevamos un monstruo dentro, sólo tiene que haber un detonante para hacerlo despertar"

Un pequeño desaparece en un centro comercial a la vista de todo el mundo, como si se hubiera volatilizado en el aire. Y lo peor: no es la primera vez. Ya sucedió hace unos años y el caso dejó profundamente traumatizada a la inspectora-jefe Ana Arés.

Así comienza No soy un monstruo, la primera novela escrita por la mediática periodista Carme Chaparro y el último Premio Primavera.

Una novela trepidante, que produce vértigo en cada página y el desenfreno de leer y leer más hasta descubrir qué misterio hay en sus últimas páginas. Hemos tenido la suerte de hablar con Carme Chaparro, preguntarle sobre esta nueva aventura y tratar de no soltar ningún spoiler por el camino.

¿En qué momento surge la idea de escribir una novela sobre una temática tan inquietante como la desaparición de un niño?

Surgió porque un día contamos una historia en el informativo, estaba regresando a casa en coche, era tarde ya, y de repente pensé "y si esta historia hubiera sido de otra manera". No pensé una novela, pero sí un cuento. Llegué a casa, lo escribí y esos son los dos últimos capítulos de "No soy un monstruo". Prácticamente tal cual los escribí están en libro.

Es evidente que sus años como periodista han inspirado una parte realmente importante de la novela y que tras esa narración en primera persona podemos descubrir los pormenores: ¿cuánto de contar la trastienda de su profesión hay en este libro?

Mucho. De eso cuento muchas cosas: de cómo hacemos los informativos el día a día, de por qué escogemos unas informaciones, por qué no escogemos otras, cómo se hace un directo, cómo se estructura una escaleta, los tiempos vertiginosos de las cosas, etc. Y todo eso que para nosotros es lo habitual del día a día es mucho más desconocido para el público, que al final no sabe todo lo que hay detrás del informativo.

¿Hasta qué punto su trabajo como periodista, en contacto diario con la desgracia del día a día, ha sido inspiración para escribir sobre monstruos?

Nadie sabe quién tiene un monstruo dentro. Yo creo que todos llevamos nuestro monstruo dentro y que a algunos les sale con más facilidad y a otras personas no. ¿Cuál es el hecho en tu vida que hará que salga ese monstruo que tienes dentro de ti? Hay un relato al principio de la novela de una madre que tiene que tomar una decisión muy dura, que tiene que decidir entre sus tres hijos y ella se siente como un monstruo. Entonces, ¿qué tiene que pasar en tu vida para que tú te conviertas en un monstruo o para que la persona que tú tienes a tu lado tome una decisión que le convierta en un monstruo?

Portada No Soy Un Monstruo Varios 201702281556 "No soy un monstruo" es un thriller inquietante que te mantendrá en tensión hasta la última página.

¿Y hasta qué punto ese miedo, muy propio de todas las mujeres que hemos sido madres a que les pase algo a nuestros hijos, ha sido también fuente de inspiración?

Yo no hubiera podido escribir este libro tal y como está antes de ser madre. Y de hecho, los niños que aparecen en la novela tienen cuatro años porque cuando lo escribí mi hija mayor tenía cuatro años. Yo quería intentar sentir lo más cercanamente posible, porque es imposible sentirlo tal cual, lo que pueden sentir unos padres en una situación cuando tú te despistas en un centro comercial y de repente te giras y tu hijo no esta. Y no está, no está, no está. Y no está en la vuelta de la esquina. Y pasan las horas y no lo encuentras. Si no hubiera sido madre o no hubiera escogido niños con esta edad, quizá el libro no hubiera tenido tanta verdad.

Me ha impactado la fuerza y el protagonismo de los personajes femeninos, Inés, Ana Arés e incluso Laura, la adorable ancianita que ayuda a sus vecinos de la forma menos convencional que podríamos imaginar: ¿había una clara intencionalidad en que fuesen las mujeres las que llevasen la fuerza de la narrativa de la novela?

La verdad es que cuando empecé a escribirla no, pero al final me han salido las mujeres. Quizá porque soy novata en esto y era el primer texto de ficción que intentaba. Yo escribo con voz de mujer, yo escribo en Yo Donna, yo escribo en Yahoo y lo escribo con voz de mujer. Para mí lo natural y lo fácil era escribir la novela con voz de mujer y hacer protagonistas a las mujeres. Porque no tenía claro si podía tomar prestada una voz masculina con la naturalidad con la que tomo prestada una femenina. Sí que hay dos voces masculinas muy fuertes, que son Joan y Nobi, pero digamos que las dos grandes protagonistas son las dos mujeres. Al final es lo mismo que elegir niños de cuatro años, por intentar ser lo emocionalmente más fiel a la realidad y que el lector no se encontrase con personajes que no pudiera creerse.

¿Cree que esa visión más femenina ha influenciado en la manera de escribir la novela? ¿Que haya menos descripciones al uso y que sí sean las emociones las que nos expliquen cómo son las cosas?

Ni siquiera me di cuenta de que estaba escribiendo así hasta la mitad de la novela. Yo creo que es más vicio de lectora, porque, a mí me gusta leer, pero creo que hay escritores muy buenos que abusan de la descripción. Y hay descripciones que están muy bien hechas y sin ellas la novela no sería lo mismo, pero hay sobre todo novela negra que te encuentras "lugar, adjetivo", "lugar, adjetivo", doscientos mil adjetivos... y a mí que más me da que la pared tenga gotelé si no es importante para la historia. Como yo esa parte me la salto, inconscientemente escribí así también.

¿Es diferente la novela negra escrita por mujeres?

Te lo voy a explicar con un ejemplo del mundo del periodismo. Antes prácticamente eran los hombres, un cien por cien, los que iban a cubrir las reglas y te describían cómo era un misil, cómo era portaaviones, las tácticas del ejército... Cuando las mujeres periodistas llegaron a cubrir en masa los conflictos bélicos, cuando ya se generalizó su presencia, esas mujeres empezaron a describir no tan sólo el armamento sino qué hacía ese armamento, qué le sucedía a las personas que sufrían la guerra, no sólo las balas que tenía cierto ejército si también lo que estaba pasando detrás con las víctimas...

Yo no quiero caer -y no me gusta- en literatura femenina o literatura para mujeres. La novela negra que escriben las mujeres puede servir para hombres y puede servir para mujeres. Igual que nosotras hemos leído durante mucho tiempo, y seguimos leyendo, novela negra escrita por autores masculinos. Pero sí que es cierto que en nuestras novelas evitamos algo que a mí por ejemplo me enfadaba mucho cuando veía un episodio de CSI: de repente llegaba un padre a casa y habían asesinado a su mujer y a sus hijos y aquello era un drama. Y al cabo de una hora el padre ya estaba en la comisaría siendo interrogado, sin los ojos hinchados, sin tener una crisis y contando tranquilamente que la mujer tenía tal trabajo, que los hijos sacaban buenas notas, etc. Lo que sí he intentado que lo que sienten los personajes tuviera juego en la historia.

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Periodista, presentadora, madre de dos niñas pequeñas… la pregunta del millón: ¿de dónde se saca tiempo para escribir un libro además de sobrevivir al día a día?

Cuando escribí la novela yo trabajaba el fin de semana, escribes el libro sacrificando a tu familia. No hay más. Cuando dejaba a las niñas en el colegio me iba a dar clases, viajaba mucho por España dando clases y en el AVE, en las salas de espera, en el dentista... ahí he ido escribiendo la novela. Ahora que tengo un horario no normal, pero tengo los fines de semana libres para estar con mis hijas y estar de promoción, es más complicado, ¿qué hago? ¿Les digo que se vayan al salón a jugar y yo me encierro en mi habitación a escribir? Sin sacrificio es imposible. Tienes que sacrificar algo. Sueño, también. Cosas. Ir al cine. Lo que sacrificamos las madres normalmente, y los padres.

Esto es tu esfuerzo externo. Tu tienes tu vida y si ya vamos todas ahogada y quieres hacer algo más, pues tienes que dejar de hacer algo. Si quieres escribir un libro tienes que sacrificar algo: estar con tus hijas, cocinar, hacer la compra, de horas de sueño,... el sacrificio está ahí.

Hablemos sobre igualdad de oportunidades: ha habido cierta polvareda en las redes sociales sobre que el Premio Primavera recayera en otra mujer, periodista, mediática, etc… ¿Cree que estos comentarios los habríamos escuchado si se tratase de un hombre?

No, yo creo que si el Primavera se lo hubieran dado a un hombre, un presentador de televisión o a alguien como yo, un periodista que llevaba veinte años de profesión en un periódico, nadie lo hubiera puesto en duda. Afortunadamente la novela se defiende por sí sola. Y no fueron muchas, pero si fue alguna voz que se levantó cuando concedieron el premio y nadie ha vuelto a decir más.

Fotos| Editorial Espasa

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