Bernalt Arnault abandona Francia por los impuestos elevados, el camino lógico a la voracidad fiscal

Bernalt Arnault abandona Francia por los impuestos elevados, el camino lógico a la voracidad fiscal
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El presidente de LVHM y cuarto hombre más rico del mundo, Bernalt Arnault, sigue con las gestiones económicas para sacar la mayor cantidad posible de su fortuna fuera de suelo francés, después de que el Gobierno de François Hollande anunciara una subida de impuestos al 75 % para todos los beneficios superiores a un millón de euros. El culebrón de Bernalt Arnault, arrancó el pasado verano, cuando se supo sus intenciones de tramitar la doble nacionalidad en Bélgica. Ahora, el periódico francés Libèration ha confirmado que desde finales del 2011, el grueso de la fortuna y acciones de LVHM se encuentran domiciliadas en Bélgica, no en Francia; operaciones que se han llevado a cabo mediante bastantes operaciones societarias complejas.

Al presidente de LVHM, sólo le falta que el parlamento belga le conceda la doble nacionalidad, que por ahora se la denegaron a finales de diciembre, para que siga el mismo camino que otros famosos franceses como Gèrard Depardieu, que ha obtenido el pasaporte ruso hace unas semanas. El dinero no entiende de fronteras en un mundo globalizado con libertad de movimiento de capitales y el movimiento de Arnault, Depardieu y otros grandes ricos como Alain Affelou y su holding de ópticas, seguirán los pasos de abandonar el país galo a economías menos voraces con sus ingresos. Desde luego, este es el movimiento lógico y previsible, cuando los impuestos pasan de una contribución a casi la confiscación completa, tal y como está pasando en el país vecino.

Los efectos para las marcas de LVHM ¿serán importantes?

Cuando un presidente como Bernalt Arnault, que controla la cantidad de marcas de moda que controla y que necesita a la par varios millones de clientes usando sus productos, debe reflexionar seriamente sobre los efectos que puede provocar en su empresa y para sus marcas una espantada de su país de origen. Ahora mismo, este efecto de boicot a su marca, puede ser importante, pero mucho menos de lo que podría parecer en principio, dado que las ventas globales del grupo y de todos sus artículos, representan el 11% del total de las ventas del grupo.

Multinacionales de la moda, el lujo y la distribución como LVHM, operan a nivel mundial y es perfectamente razonable que sus propietarios intenten pagar la menor cantidad posible de impuestos, sobre todo cuando el volumen de impuestos al 75% tiene un carácter casi confiscatorio. Aún así, debería mirar el retrovisor y controlar a uno de sus competidores más directos, dado que el grupo Pinault-Printemps-Redoute, dirigido por François Pinault, sigue en Francia y su volumen de negocio puede verse muy favorecido. PPR factura ahora mismo en torno a los 16.000 millones de euros anuales, pero al igual que LVHM, su grueso principal de la actividad se concentra fuera del suelo francés. Al final, los perjudicados serán los franceses, no el resto del mundo.

¿Qué harías tú si fuese Amancio Ortega el que dejase España?

El debate que suscita la medida no es baladí. En Francia, tachan a Arnault de traidor, rico asqueroso que debe irse de Francia y multitud de voces piden el boicot a sus productos. Para comparar con base, en España podríamos ver una tesitura similar si Amancio Ortega decidiera sacar Inditex (o la gran parte del holding empresarial) fuera de España. ¿Qué harían los consumidores en estos casos?

Pues a pesar de las primeras voces críticas y los intentos de bloqueo o boicot a la marca, Inditex seguiría vendiendo en España, porque hay muchas personas que pueden ver un movimiento lógico en frenar por vía legal la voracidad recaudatoria de los diferentes gobiernos. Por contra, otra gente, dejaría de consumir esas marcas, esos productos y animarían al resto a que lo dejaran, pero la repercusión en cifras globales, no sería ni mucho menos, tan significativa como para dictaminar la muerte de la empresa.

En todos estos casos, siempre me gusta plantear la misma pregunta ¿qué harías tú si el 75% de tus beneficios se los tuvieras que dar al Estado? ¿Te cruzarías de brazos? ¿seguirías trabajando tan ricamente para el país o pondrías medidas a tu alcance? No olvidemos que para todas estas voces críticas, rico es cualquier persona que cobre más que ellas por definición y por supuesto, el concepto distribución de la riqueza y “robo autorizado” por el Estado, es un concepto que se confunde con mucha facilidad en la mayoría de las ocasiones. Vuestro turno.

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Imagen | Todogaceta

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