En los últimos tiempos, parece que no hay polémica de la que Victoria's Secret pueda escaparse. Después de la controversia que generó su desfile del año pasado, acusado de apropiación cultural, llegaron las ya habituales críticas por la falta de diversidad en la elección de sus ángeles. La guinda al pastel la puso la demanda de una empleada de una de sus tiendas, supuestamente despedida por su exceso de peso. Pero ahora el problema va más allá: ya no son temas ideológicos, sino de cifras.
Las ventas de Victoria's Secret han caído y muchas voces lo achacan a que, en tiempos del #MeToo y auge del movimiento body positive, las consumidoras se han pasado a marcas más inclusivas, como Aerie, por ejemplo.
Ayer mismo, el CFO de la compañía declaró que las ventas en tienda habían descendido un 1% en el segundo trimestre de este año y que se cerrarían veinte tiendas de aquí a final de año, que se unirían a las seis que han cerrado ya en estos ocho primeros meses.
Desde la publicación, algunas voces han surgido en las redes sociales, criticando la calidad de las prendas de Victoria's Secret y achacando a esta falta de calidad la caída de las ventas, más que a cualquier otra razón.
Quedan pocos meses para el show de la marca de este año, el día en que muestra su mejor cara al mundo de la moda. Tendremos que esperar para ver si sirve como relanzamiento de su imagen y cómo afecta a las siguientes presentaciones de resultado de próximos trimestres.
Imágenes | Gtresonline.
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