Petrossian introdujo el caviar en Paris a principios del s.XX

Si eres un sibarita convencido y exigente, seguro que conoces Petrossian. Por si no habías descubierto ya esta marca de bondades culinarias, Petrossian se fundó en el 1920 en Paris.

Fueron los dos hermanos Petrossian, de origen armenio, los que introdujeron el caviar en la capital francesa. Nacidos en las costas del Mar Caspio en tierra iraní y educados en el lado ruso, inmigraron tras la Revolución Bolchevique en 1917 llevando en su bagaje los secretos del caviar.

Este manjar para muchos (a mí no me ha gustado nunca, al igual que los erizos de mar) y económicamente permitido para pocos tuvo un padrino de lujo: César Ritz, empresario de hoteles de lujo donde los haya.

Hay personas que tienen esa visión emprendedora y Ritz acertó de pleno al ofrecer como atención personal a los selectos clientes de su lujoso establecimiento en Place Vendôme un nuevo manjar exquisito y nuevo: el caviar. Muy pronto se hizo un hueco en la gastronomía más sibarita.

Esta empresa familiar lleva más de 80 años al frente de Petrossian, manteniendo una relación comercial y personal con sus proveedores rusos privilegiada. El resultado sigue siendo la más alta calidad y variedad de caviar.

Suerte para mí que tienen además un surtido de especialidades gourmet que sólo de ver sus presentaciones y leer sus recetas se te hace la boca agua. Salmón ahumado, foie-gras, tés y cafés selectos o hasta chocolates. ¡Se acabó la dieta!