Para la colección prefall 2014 de Louis Vuitton, Nicolas Ghesquière se ha divertido fusionando prendas clásicas atemporales - pero de marcado un carácter funcional -, con el propósito de crear un fondo de armario actual formado por prendas esenciales confeccionadas con el savoir-faire del que siempre hace gala esta casa, en telas de gran calidad.
La idea era proporcionar a las fans de la marca una nueva visión de los trajes de chaqueta, dotándolos de distintos volúmenes, mezclando y combinando texturas para crear un look desenfadado.
Por ejemplo, la clásica parka de estilo militar, fabricada en lana de color verde oscuro, deja entrever una sobria falda lápiz, ajustada al cuerpo, en color bordeaux, que Ghesquière ha procurado modernizar un poco colocándole una cremallera en la parte delantera. El diseñador ha accesorizado el modelito con unas cuissardes que llegan justo por encima de la rodilla (justo un poquito más arriba que el bajo de la falda); y le ha colocado también un cuello de castor, de quita y pon, que también se cierra con una cremallera dorada.
Otra propuesta que me ha encantado ha sido la de la chaquetilla de inspiración universitaria realizada en tweed y en cuero verde haciendo juego con una minifalda, que se cierran también por delante sólo que, esta vez, en vez de cremallera lo hace con botones forrados de cuero.
Y, ¿qué me decís de esos jerséis de manga corta con bordados de lentejuelas o con el logo LV en tamaño XXL pintado como si fuese un graffiti gracias a una especie de encaje aplicado con la técnica de la intarsia? ¡Me encantan! Podríamos decir que todo este tipo de adornos son una de las características más importantes de esta colección.
Si los trajes han experimentado una transformación, también lo han hecho las formas clásicas, especialmente la gabardina reconvertida en capa. Todo enfocado, como os decíamos al principio, a una nueva versatilidad.
Como habréis podido comprobar, la gama de colores – dominada por tonos oscuros e intensos -, va del negro al gris, pasando por el azul medianoche, verde oscuro y burdeos, iluminados por toques de rojo y fucsia.
Los accesorios son la clave, ya que son quienes realmente reinterpretan las prendas clásicas dotándolas de un toque más fresco. Entre los complementos que más me han llamado la atención está esa "braga" de montañero realizada en piel de marta cibelina despinzada con cremallera que se puede utilizar tanto de caperuza como para proteger el cuello.
También me han gustado mucho unas manoplas y un cuello en punto de lana y cachemira con ribetes de piel de zorro, y esas gafas de sol Años 50 fabricadas en en acetato y cuero.
En cuanto al calzado, las cuissardes fabricadas en suave piel de becerro con un acabado brillante, con tacón curvo y acabadas en punta son lo más de lo más. Me encanta que se ajusten hasta más encima de la rodilla, por encima del bajo de los vestidos y faldas pues, de esta forma, no permiten ver nada de la pierna.
Me parecen muy graciosas y originales las zapatillas o slippers con un print de leopardo en tonos fucsias haciendo juego con un clutch matelasé mucho más clásico.
De momento, todas las propuestas que nos van llegando de las grandes firmas de la moda y el lujo me están gustando un montón. ¿A vosotros también?
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