Hermès ha decidido hacer hueco a la ecología en su pequeño gran mundo, fabricando una gama con objetos realizados con los sobrantes de colecciones precedentes, y a la que ha llamado “Petit H”.
Hermès es todo un referente en lo relacionado con el lujo a escala internacional - aunque a ellos les de rabia que se los catalogue así. Lo cierto es que de sus talleres han salido accesorios que no han tardado en convertirse en objetos cult, como sus it bags, los modelos Berkin o Kelly.
Teniendo en cuenta que la firma no tiene ya que demostrar nada a nadie, se puede permitir algunas acciones o gestos valientes, para probar que se puede seguir subiendo como la espuma, pero de manera ecofriendly.
Así pues, la firma ha creado un proyecto de reciclaje reutilizando los recortes de los sobrantes de la fabricación de sus modelos estrella. Nos estamos refiriendo tanto al cuero (of course!), pero también a la seda, porcelana, cristal y otros muchos materiales nobles que derivan de la producción, para crear nuevos productos llenos de estilo.
“Nada se tira, todo se transforma y puede convertirse en algo nuevo y sorprendente”. Con esta máxima, el taller “Petit H” de Hermès abrió sus puertas en el año 2010. Artistas y artesanos trabajan juntos en el reciclaje de lujo, dando vida a objetos insólitos. Desde el pasado 7 de junio, “Petit H” expone sus creaciones en la boutique Hermès situada en la rue de Sèvres de París.
Pascale Maussard, directora artística del taller “Petit H”, pertenece a la sexta generación de la familia Hermès. Movida por su preocupación de no tirar nada, creó una alquimia entre la experiencia del savoir-faire, los valores de la maison y la creatividad al servicio de un futuro por inventar.
La exigencia y la excelencia de la maison implican que muchas veces se tengan que desechar un montón de materiales nobles fantásticos. La idea de base consistía en reutilizar esas partidas defectuosas de cuero o de tela, y reinventar con ellos nuevas formas y usos.
Para lograrlo, no dudó en invitar a colaborar en este proyecto a un equipo de artesanos, para llevar a cabo una serie de objetos no identificados pero llenos de poesía, la mayoría de las veces raros y, en ocasiones, únicos.
El espacio de creación “Petit H” reune a todos estos maestros artesanos especializados en la talabartería, la porcelana, el cristal, a orfebres, costureros y ebanistas. La unión de todos sus talentos da lugar a un diálogo excepcional que conforma un laboratorio creativo donde el ingenio está a la orden del día.
Los tesoros que constituyen las materias primas desechadas, permiten a estos artistas imaginar, en función de sus diferentes especialidades, objetos de todo tipo, funcionales e insólitos.
Los objetos creados, sin orden ni concierto, son el fruto de una oportunidad y de un intercambio. Por ejemplo, Florence Bourel ha creado unos reflectores con cristal y cuero. Con esos mismos materiales, Mathieu Bassée ha creado unos gueridones. Charles Kaisin ha hecho un conejo en origami de cuero, Christian Astuguevielle ha diseñado un banco piragua de cuero, y Thomas Boog un espejo con piezas metálicas de cuero. La lista, por su propio concepto, no es demasiado exhaustiva, pero promete interesantes sorpresas.
Pascale Mussard lo resume así:
“Materias primas raras, manos sabias, la participación de unos padrinos de excepción, una creatividad permanente, una fantasía sin frenos, tenemos el placer y la inmensa felicidad de poder rendir el homenaje que se merecen todas estas profesiones con el propósito de maravillaros”.
Todas estas creaciones se exponen en tiendas efímeras nómadas en todo el mundo (acaban de exponerse en Singapur, y el próximo diciembre estarán en Londres), y de manera permanente en la boutique que la firma Hermès tiene en el barrio de Saint-Germain-des-Prés – concretamente en la rue de Sèvres .
“Petit H” es una línea compleja porque basa su identidad en la ecología. Entre sus propuestas podremos encontrar un poco de todo: productos para la decoración de la casa, lámparas, vasos, foulards, bolsos, joyas, etc.
Para poder adquirir todas estas maravillas deberéis organizar una escapada de fin de semana a París, o visitar Londres en diciembre.
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