Ayer, tuvimos ocasión de conocer en primicia la nueva colección mujer otoño-invierno 2013/14 de Salvatore Ferragamo. La cita, como ya viene siendo habitual, tuvo lugar en la primera planta del palacete que se encuentra situado en la parte de atrás del hotel Santo Mauro de Madrid.
La colección mujer otoño-invierno 2013/14 de Salvatore Ferragamo - realizada por Massimiliano Giornetti-, rebosa pureza arquitectónica por todos sus poros. Así que la Casona o Palacete del Santo Mauro sirvió magníficamente bien como escenario para su presentación.
Sobre todo, porque en todas las estancias que conformaban la suite presidencial se podía oler una sofisticada, aunque sutil, esencia resultado de la fusión del jazmín fresco y la peonía - por obra y gracia de Signorina, la nueva fragancia de la firma. Cuyo frasco, como podréis ver en la foto que hice, va adornado en la parte superior con el icónico lazo "Vara" realizado en grogrén en dos alegres tonos de rosa, tocados con una coqueta burbuja de oro rosa.
Giornetti parece haber prestado especial atención en hacer desaparecer todo lo superfluo, ensalzando el diseño en un anhelo de equilibrio sobrio, depurado y dinámico; procurando también hacer gala de coherencia a la hora de elegir las texturas para que pudiesen superponerse y, sobre todo, haciendo especial hincapié en la precisión del corte.
¿El resultado? Una colección contundente, realizada bajo el signo de una sensualidad sosegada, capaz de impregnar a todas y cada una de las prendas y accesorios que la componen del penetrante ADN característico de la firma.
Las escultóricas siluetas de esta colección nacen a partir de la línea firme y definida de los hombros. Los abrigos de inspiración masculina se cierran con un movimiento rápido y básico. Las curiosas y sorprendentes superposiciones de telas en una misma prenda - como raso, lana fría, y cuero-, desprenden un peculiar efecto que mezcla el virtuosismo en la ejecución técnica con el gusto por los patrones sofisticados.
Dualidad e intensidad son los calificativos que mejor caracterizan los vestidos cortos de inspiración a mitad de camino entre Años Locos y la serie Stars Trek, y kilómetros y kilómetros de cremalleras que parecen recorrer un sendero imaginario entre costuras como si se tratasen de profundas cicatrices que oradasen pieles y telas.
La paleta de colores resulta de lo más minimalista: blanco, azul petróleo y negro declinada sobre lana, nylon de seda, piel de potro, alpaca, mohair y piel de castor.
Los accesorios también adoptan un tono gráfico. Los detalles transparentes del PVC, del charol y de los vivos metálicos tienen un cierto regusto a Courrèges, y subrayan los cortes y las aperturas.
La nueva colección de bolsos es una exclusiva mezcla de líneas arquitectónica y pieles de primera calidad, adornadas con hebillas de nuevo diseño. Refinados mini bolsos con asas que se cierran con candados y detalles icónicos en cremalleras y asas. Mención a parte merece el bolso de piel adornado en su centro con patas de zorro formando un estampado de Orotava.
Lo que más me gustó de la colección: un pequeño bolso de silueta dura y cuadrada - como si fuese la funda para una cámara fotográfica antigua -, con un asa que parecía abrazarse a la muñeca, realizado en una piel de cocodrilo semibrillante en un precioso azul Oxford. ¡Gracias Adela!
Como dirían nuestros vecinos los italianos: Una colección “Proprio particolare! Stupenda!”. "Complimenti!".
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