Un de los modistas favoritos del mundo de la Alta Costura es Elie Saab. El vestido que te transporta a un mundo de ensueños entre gasas, encajes, pedrería y sedas, sin que le sobre un cristal ni le falte un drapeado.
Esta nueva colección, que Elie Saab ha presentado en París Haute Couture no iba a ser una excepción, el romanticismo elevado a la enésima potencia cuajado de pedrería y color. La pasión por una silueta femenina sutilmente llena de curvas y por embellecer a la mujer a base de patrones clásicos.
Maravillosos vestidos con metros y metros de delicadas telas, escotes cuadrados, recatadas palabra de honor o vertiginosos casi hasta la cintura confirman que los patrones tradicionales de la Alta Costura siguen funcionando igual de bien que siempre.
Vestidos de cocktail a la rodilla pero con mucho vuelo o largas colas dignas de arrastrar por la alfombra roja (de hecho el suelo de la pasarela era rojo, para que pudiéramos ver el efecto de los diseños sobre este color). En cuanto a los colores desde el rojo al azul noche, pasando por unos maravillosos tonos champagne y dorado viejo, la lluvia de plata que caía por algunos diseños nos hacía recordar vestidos de las diosas y unos verdes esmeraldas brdados de encaje harían palidecer a la propia Ariel.
Lástima la falta de "delantera" de algunas de las modelos que deslucieron maravillosos escotes que necesitan ser "llenados" y que los inseguros andares de la afortunada modelo que vistió el espectacular vestido de novia, la apoteosis final que cerró el desfile hicieran temer a todos una caída.
Como de costumbre impecable el trabajo de Elie Saab que cada temporada nos hace soñar en París Haute Couture.
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