Chanel acaba de poner en funcionamiento un nuevo micro site al que ha bautizado con el nombre de "Inside Chanel". A través de esta nueva plataforma, retrospectiva e interactiva, la firma irá relatando a través de cortometrajes la historia de Gabrielle Chanel y de sus creaciones, auténticos iconos de moda y estilo, que forjaron su leyenda y construyeron los cimientos de la maison Chanel.
En 1932, Gabrielle Chanel revolucionó el mundo de la alta joyería al presentar una colección dedicada exclusivamente al diamante. Ochenta años después, sus "Bijoux et Diamants" siguen brillando en el firmamento de la place Vendôme.
Este viaje en el tiempo es posible gracias a una película inédita hasta la fecha, encontrada en los archivos cinematográficos Pathé-Gaumont, que rememora la exposición "Bijoux et Diamants" que tuvo lugar entre el 7 y el 19 de noviembre de 1932 en el apartamento de Gabrielle Chanel en el 29 del Faubourg Saint Honoré.
La noticia de aquella exposición, de gran alcance para la actualidad francesa de la época, fue difundida en noviembre de 1932 a través de la gran pantalla de todos los cines franceses, durante el NODO.
En 1932, Coco Chanel rompe con su predilección por la bisutería, y centra su atención en la piedra más preciada: el diamante. Todavía con el recuerdo de la crisis de 1929, los vendedores de diamantes prefieren ofrecer su mercancía a mademoiselle Chanel antes que a los joyeros de la plaza Vendôme de París, para devolver al diamante su brillo de antaño.
Así nace la historia de esta colección efímera. Gabrielle Chanel simplifica las monturas, haciendo que todo lo anterior parezca obsoleto. Las piedras dejan de ser las protagonistas, para ceder su puesto a la línea y al diseño.
Chanel monta sus propios diamantes haciendo de la fluidez un principio y de la libertad una virtud, suprimiendo los cierres y alargando los collares; lanzando cometas sobre los hombros y lluvias de estrellas sobre los escotes.
Para su colección "Bijoux et Diamants" se centra en cinco temas: la estrella, el sol, el lazo, los flecos y las plumas creando joyas que recuerdan el suelo de baldosas de la abadía de Aubazine.
Gabrielle Chanel decidió no exhibir estas joyas en su tienda de la rue Cambon, sino en su propia casa, y también optó por presentarlas sobre maniquíes de cera en vez de en los sólitos estuches de terciopelo negro.
Cuando hubo concluido la exposición, una delegación de los joyeros parisinos se reunió con ella, para pedirle que desmontara estas joyas, pero ella les contestó que "las cosas bellas de la vida debían circular". La de 1932 fue su primera y última colección de alta joyería, pero logró instaurar un código donde la creación prima sobre la ostentación, y la ligereza sobre la exageración.
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