Hace más de cien años, Burberry - una marca inglesa de ropa para el ejército -, diseñó una gabardina para proteger del viento y de la lluvia a los oficiales cuando se guarecían del enemigo en las trincheras (de donde tomó prestado el nombre). El trench comenzó su andadura al ser patentado por Thomas Burbery en 1912 bajo el nombre de Burberry Tielocken.
Esta prenda, que se caracterizaba por cerrarse por medio de un cinturón, y que no llevaba botones, estaba fabricada en tela de gabardina, y llegó a convertirse en un auténtico icono. Tanto que, en la actualidad, ha llegado a ser uno de los símbolos que representan el british style.
Elogiado por los oficiales británicos por sus cualidades protectoras y su durabilidad, esta prenda vio como su popularidad crecía como la espuma, y del ejército paso a formar parte del guardarropa de los gentleman farmer, la realeza, y de algunas estrellas del cine.
En el corazón de esta historia está un tejido, diferente del resto, creado y patentado por Tomás Burberry en 1879. La famosa tela de gabardina que revolucionó el sector de las prendas contra la lluvia. Hasta entonces, los tejidos se enceraban para repeler la lluvia. El problema es que, esta técnica, los hacía muy pesados.
En cambio, la tela de gabardina se se hacía de hilos tejidos en una compacta construcción de sarga cono más de cien hebras intercaladas por centímetro. Los microscópicos espacios en el tejido permitían la ventilación, mientras que la estructura compacta protegía de la lluvia impermeabilizando el tejido dando lugar a una prenda ligera, transpirable y altamente resistente a las adversidades climatológicas.
En la actualidad, los trenchs Burberry se siguen fabricando mediante el uso de técnicas tradicionales que su origen permitieron diferenciar a esta prenda de las demás, así como nuevos procesos que perfeccionan el acabado y hacen al trench más resistente al agua que antes.
Esta prenda, diseñada en sus orígenes para los oficiales del ejército, debía cumplir una función:
Cómo diferenciar un trench Burberry
- Las hombreras permitían conocer el rango de los oficiales, mientras que la solapa abotonada al pecho incrementaba la protección en combate.
- Para asegurarse de que el agua no penetraba el interior del abrigo se incorporó un escudo de lluvia que cubría la parte superior de la espalda.
- El abrigo llevaba un cinturón del propio tejido a la cintura, así como anillas en forma de D para transportar munición o herramientas.
- El pliegue de la espalda fue creado para expandirse al correr o al montar a caballo.
- El cuello. Se necesita más de un año para aprender a coser el cuello de un trench Burberry, ya que los artesanos han de realizar 11,5 diminutas puntadas por pulgada a lo largo del cuello para crear una curva fluida, asegurándose de que encaja a la perfección en el trench.
- El interior. Cada trench está forrado con los icónicos cuadros de Burberry, una seña de identidad desde 1920, una combinación de camel, marfil, rojo y negro. Cada forro se corta y sitúa cuidadosamente para garantizar que el diseño de cuadros es simétrico y no se entrecruza rompiendo el orden. Por otro lado, en la parte anterior del cuello también se incorporan los cuadros, con una inclinación exacta de 45 grados en conjunción perfecta con las líneas marcadas por el propio cuello.
- Los detalles son la pieza clave. Las correas del puño y el cinturón se construyen y cosen para que los bordes estén lisos y limpios, mientras que el plisado en la espalda no ha cambiado en cien años, manteniéndose fiel al diseño para montar a caballo.
Los trench de Burberry se confeccionan en Castleford - un pueblo al norte de Inglaterra -, por expertos trabajadores que combinan técnicas tradicionales con modernos avances tecnológicos. El proceso de fabricación de cada trench dura unas tres semanas. Se requieren más de cien pasos para asegurar la calidad y el aspecto que distingue al trench de Burberry.
En el Espacio Burberry:
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