Ya no tiro las tapas de plástico de los recipientes, las convierto en estos preciosos y fáciles maceteros DIY

Un proyecto fácil que mezcla el reciclaje con las manualidades y con el que ahorrarás dinero en la decoración de casa

Jessica Arends Yzpwspwsdm0 Unsplash
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Si uno sabe cómo, puede decorar prácticamente toda la casa sin apenas pasar por Ikea o Flying Tiger y, de paso, evitando generar residuos. Lo hemos visto recientemente con las cajas de fruta forradas que se convierten en almacenaje o con los maceteros hechos de cartones de leche. Pero podemos seguir proponiendo más ideas de proyectos que mezclan el reciclaje con el DIY.

En esta ocasión se trata de un proyecto manual de reciclaje de tapas de envases de plástico. Además, estas pueden ser de tipología variada: de helado, de queso fresco, de un yogur grande... El caso es que, tal vez, nunca te habías dado cuenta de que son un tipo de tapas que pueden ser ideales como base para una preciosa maceta trenzada con hilo o cuerda.

Aunque, de primeras, pensar en convertir la tapa de un recipiente en una maceta suena más a magia que una manualidad sencilla, en realidad es más lo segundo que lo primero.

El proyecto es tan sencillo que, además de una tapa de plástico de nuestra elección, solo necesitamos: palitos de brocheta para la estructura, silicona caliente y cuerda o el hilo de nuestra elección para entrelazar.

En este caso, que hemos elegido para ejemplificar el artículo, se han usado dos hilos distintos: uno en blanco y otro en color natural, para un resultado de tendencia nórdica y estilo rústico

En este reel de Instagram podemos ver el paso a paso del proceso. Básicamente, después de pegar con silicona caliente los palos de brocheta alrededor de la tapa de plástico (que hará las veces de base de nuestra maceta), el proyecto pasa a ser una cuestión de paciencia y de ir entrelazando el hilo o la cuerda con mucho cuidado para conseguir un resultado lo más profesional posible. 

Podemos trenzar más hilo para los remates y colocarlo en los extremos para unos acabados más finos y, básicamente, ya tendremos listo un embellecedor de macetas de lo más resultón.

Foto de portada | Jessica Arends

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