Ossie Clark: inspiración swinging London

Ossie Clark: inspiración swinging London
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Ossie Clark fue uno de los diñeadores bitánicos más influyentes de la década de los sesenta y setenta, que cayó en el más profundo olvido al llegar los ochenta, y que vuelve reconvertido de la mano de una multinacional. Lo mismo que Halston, lo mismo que Courrèges. Grandes modistos que no murieron de éxito, sino que se ahogaron por la quiebra cuando las grandes empresas tomaron la moda como un dividendo más y pensaron que ya no eran rentables. Justamente los mismos mercenarios que ahora, con otros nombres, les resucitan sin piedad.

Mercantilismos y obituarios aparte, Ossie Clark fue un modisto aventajado, visionario e iluminado que floreció en el momento justo, los mejores años de un Londres rompedor en el que moda, música, fotografía y personalidades eran una sola cosa, y además se supo rodear muy bien. En primer lugar por su mujer y musa, Celia Birtwell, con la que estaba felizmente casado a pesar de ser abiertamente homosexual, pero ella más que su media naranja era su otra mitad: él dominaba el arte del patronaje como nadie, y ella, diseñadora textil, elaboraba los maravillosos estampados que luego imprimirían en las creaciones de él;

sus diseños eran jóvenes y diferentes, floreados, coloridos, llenos de vida y de talento; famosos fueron sus volantes, sus camisas, sus precisas chaquetas y sus milimétrico abrigos. Pero sobre todo sus vestidos.

A los 23 años aparecía por primera vez en la edición inglesa de Vogue y a partir de ahí su ascenso sería imparable; un Ossie Clark tan adelantado como histriónico y con tendencias a la depresión, empezó a vestir a lo mejorcito de la sociedad inglesa; desde los Jagger hasta Twiggy, pasando por Jean Shrempton.

Con la llegada del punk a finales de los setenta cambian los parámetros, las perspectivas y la manera de vivir. Cambia la moda. Ahí es dónde empiezan los problemas de Ossie, que ya no le resulta tan necesario a al swinging london; las ventas caen, la empresa se tambalea, y con ella un Ossie Clark desquiciado que se vuelve alcohólico y se echa a perder.

Pero el éxito de uno se mide siempre después de muerto, y tras unos noventa esplendorosos vuelve todo lo vintage: aquí es dónde Clark, que muere asesinado por su pareja en 1996, vuelve de entre los muertos gracias a celebrities como Kate Moss o Nicole Kidman, que desempolvan sus impecables y llamativos vestidos; el Victoria & Albert museum les dedica una retrospectiva a él y a su obra, y ahora, cuatro años después, un multimillonario emprendedor no solamento quiere traerlo de vuelta de entre los muertos sino que resucita su firma a golpe de talonario.

En 2008 desfilaba la primera colección de la marca Ossie Clark bajo la dirección de artística de Avsh Aslom Gur, israelí de nacimiento y curtido en la Central Saint Martins. Un vanguardista redimido que para mi gusto, nada tiene que ver con Clark pero venderá a costa de su nombre.

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