Nadie se sorprende ya, cuando se habla de unos artistas más por su vida o estilo en el vestir, que por su música, ya que ésta última poco a poco se va convirtiendo, por desgracia, en un mero telón de fondo para saltar al estrellato o pasar el tiempo libre gastándose los dolares de otros (¿alguien me explica cómo Nicole Richie entró en la música a parte de por la fama de su padre?).
El caso es que los artistas saben de este hecho y sus conciertos cada vez son más pasarelas donde contemplar los últimos modelos que recintos hechos para escuchar la mejor música. Beyoncé Knowles y Fergie no son una excepción y se alían con las mejores marcas para salir al escenario.
El caso de la ex Destiny's Child es evidente desde que empezó su carrera. Siempre ha tenido su físico por delante a su música (y eso que la producción de algunos de sus temas la ha hecho firmar grandes hits), en videoclips, en apariciones en público y en los conciertos, donde siempre busca la coreografía más espectacular para eclipsar el hecho de que cantar... lo que es cantar, nada.
Busca aliarse con una marca de prestigio para intentar mejorar un estilo que no tiene mejora. La línea de Jean Paul Gaultier Couture es la elegida para un conjunto de lentejuelas doradas que deslumbra por la gran figura de la cantante, además del notable escote en dos.
Mientras, Fergie demuestra más clase a la hora de elegir el conjunto (aunque tampoco tenga un gran estilo...), prefiriendo uno de la colección de invierno de Gucci, con un diseño magnífico. Vestido corto para poder lucir con unas botas de cuero (también de Gucci) hasta la rodilla, y mientras seguir luciendo pierna. Impecable la combinación de dorado, magenta y negro en el diseño.
También hay que contextualizar este hecho, ya que ambas cantantes lucieron así en la Fashion Rocks Stage, donde se mezcla moda y música. Pero fácilmente se puede extrapolar a sus conciertos y giras.
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