Los augurios que habían traído la colección crucero de Dior, presentada hace mes y medio y la primera no diseñada por John Galliano (corrió a cargo de Bill Gaytten y el resto del equipo que acompañaba al gibraltareño), no eran demasiado buenos y por desgracia los malos presagios se han cumplido.
El desfile de Alta Costura de Dior Invierno 2011/12 será recordado como el primero sin Galliano y como la confirmación de que los genios son escasos, irrepetibles e inimitables, y por mucho que sus colaboradores y “manos derechas” conozcan su forma de trabajar, sus filias y fobias eso no significa que puedan hacer algo ni remotamente parecido o salvar la papeleta como se ha demostrado.
La colección inspirada en el Grupo Memphis, un movimiento arquitectónico de los 80 en el que participó entre otros el español Javier Mariscal y que se caracterizó por su gusto por los colores vivos y el “Pop Art”, es una sucesión de colores y volúmenes sin sentido, y lo que es peor, sin criterio, en el que en un pase ves ecos a los últimos trabajos de Galliano (transparencias, grandes volúmenes en los trajes de noche, el maquillaje y peinado de las modelos) y las siluetas “New Look” clásicas en Dior pero al momento también ves Prada y sus lentejuelas brillantes o a Diane Von Fustemberg y sus kaftanes, consiguiendo que todo sea tremendamente confuso, sin alma y hasta feo, como es el caso de los zapatos.
Sidney Toledano, Presidente de Dior, sigue sin dar ninguna pista sobre quién y lo que es más importante cuando nombrarán un sustituto para Galliano, aunque los rumores sobre que su sustituto ya está elegido no dejan de aparecer semana tras semana. Tengo la sensación de que después de ver el relativo éxito de la sucesión tranquila de Sarah Burton en McQueen, se plantearon seriamente que esa posibilidad no sería del todo descabellada. Pero el trabajo que están realizando Gaytten (ya confirmado como director creativo de la marca John Galliano) y su equipo no está a la altura de lo que estábamos acostumbrados, y lo que es peor, no está a la altura de Dior, y ese es realmente el gran drama.
Fotos | Gtres
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