Dormir bien en verano a pesar del calor no es imposible: esto es lo que podemos hacer, según la ciencia

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Aunque los investigadores discrepan con respecto a cuál es la temperatura exacta ideal para dormir, han estimado que se encuentra entre los 15 y los 22 grados. Con más calor o más frío, es probable que tengamos problemas para dormir. Así que, teniendo en cuenta que en España las noches de verano suelen superar esa cifra en gran parte de la geografía, no es de extrañar que la calidad de nuestro sueño empeore cuando llega la época estival. Aunque no hay grandes secretos ni recetas mágicas, la ciencia ha descubierto algunos trucos que descubrimos a continuación de la mano de los expertos de Xataka

¿Por qué dormimos mal en verano?

El profesor Cameron Van Den Heuvel, de la Universidad de Adelaida, explica que, durante el sueño, nuestra temperatura cambia entre la vigilia y el sueño. De hecho, "en torno a una hora o treinta minutos antes de dormir, el cuerpo empieza a perder calor corporal. Esto hace que aumenten los sentimientos de cansancio en adultos normales sanos".

Sin ir más lejos, las personas con insomnio "muestran que tienen una temperatura basal justo antes de dormir más alta que las personas que no tienen problemas de sueño". El calor ambiente, no ayuda a esa reducción térmica y, cuando se consigue conciliar el sueño, este es de muy poca calidad. Es decir, fragmentado y con pocos sueños.

Esto podría deberse, tal y como apoyan investigadores como Malcolm von Schantz, neurocientífico del sueño en la Universidad de Surrey, a un motivo evolutivo: "como especie, somos animales diurnos". Es decir, "hemos evolucionado para dormir durante la noche, cuando hace más frío y se está oscuro". Es por ello que los cambios de temperatura nos indican que algo no está funcionando bien: sirven como un "reloj natural", por lo que nos despertamos.

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Cómo enfriar la casa para dormir mejor

Si no tenemos aire acondicionado, o no queremos abusar de él porque nos sienta mal a la garganta, podemos hacer todo lo posible para evitar que la habitación se caliente durante el día.

Para empezar, los expertos recomiendan escoger la habitación más aislada de la casa y, si es posible, la más baja también porque el calor tiende a subir a las plantas superiores.

Después tendremos que aislarla cerrando ventanas, puertas y persianas durante el día. Cuando la temperatura exterior baje con la noche la volveremos abrir y crearemos una pequeña corriente que refrigerará toda la casa.

Además, es importante escoger pijamas de verano y ropa de cama ligeras, para ello es de gran utilidad señalar que las fibras naturales absorben mejor el sudor que las sintéticas.

Aprovechar nuestra fisiología

También existen consejos para usar nuestras propia fisiología para ayudarnos a conciliar el sueño. En este caso, el agua es nuestro principal aliado.

Una ducha puede venir bien para mejorar la sensación térmica, aunque, ¡ojo¡ porque también puede hacernos sentir más frío y provocar que sudemos menos. Esto es un problema porque el sudor es nuestro principal sistema biológico de refrigeración.

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Según nuestros compañeros de Vitónica, una ducha tibia es ideal para que nuestro cuerpo se caliente ligeramente, pero no demasiado como ocurriría con una ducha caliente, y que al entrar en una habitación con una temperatura más baja que la de nuestro cuerpo, la temperatura corporal baje lo suficiente.

De esta manera, nuestro cuerpo recibirá la señal de que la temperatura ha bajado, lo que nos ayudará a conciliar el sueño de manera más sencilla y a encontrarnos más a gusto.

La última idea relacionada con el agua es dormir ligeramente mojados. Este es un "remedio" que  se remonta a los tiempos de los egipcios, que usaban esteras o alfombras humedecidas para poder conciliar el sueño en las orillas del Nilo.

Higiene del sueño

Los consejos propios de la higiene del sueño en general también pueden sernos de gran utilidad: hidratarse (porque sudar hace que perdamos mucha agua y muchos electrolitos), no hacer cenas copiosas (ya el sueño es lo suficientemente malo sin tener que hacer la digestión) y cuidar la piel (las quemaduras no ayudan a dormir). También es recomendable evitar el alcohol antes de dormir. El alcohol es un deshidratante natural y, por eso mismo, contribuye al problema.

Fotos | Instagram de Oysho y Unsplash.

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